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El reto de gratitud de 7 días

Este fue un reto de redes sociales, que consistía en dar gracias por tres razones durante 7 días. Dia 1 1. Doy gracias a Dios por mi vi...

sábado, 14 de diciembre de 2019

El reto de gratitud de 7 días

Este fue un reto de redes sociales, que consistía en dar gracias por tres razones durante 7 días.

Dia 1
1. Doy gracias a Dios por mi vida. El bien invaluable que recibí de mis padres y que cuidaron ellos por mi durante toda su existencia.
2. Doy gracias por mis padres; cada acto de sus vidas fue un acto de amor por sus hijos. No fue fácil abandonar un país que les era amable y familiar y desprenderse de todo lo querido para explorar nuevas culturas y nuevos destinos; pero esa visión y ese sacrificio inmenso, permitieron que tuviésemos una vida digna y libertad para elegir nuestros caminos. Doy gracias porque soñaron para mí un mundo grato y me enseñaron a construirlo. Porque me dieron las bases para un futuro cierto y me inculcaron el valor de la familia, del servicio y de la gratitud. Doy gracias porque pudieron conocer a sus nietos y dejar en ellos el mejor de los recuerdos. Doy gracias, en fin, por la certeza de haber recibido de ellos su mayor esfuerzo, de haber sido su mejor motivo y su más grande amor.
3. Doy gracias por mi único hermano. Fuimos amigos, enemigos, contendores, compinches, cómplices y rivales, ofensores y ofendidos. Pero crecer a su lado fue contar con aquello de lo cual yo carecía, fue tener quien espantara mis fantasmas; fue aprender nuevas formas de ver la vida y  tener un soporte y un apoyo incondicional; fue poder compartir la soledad de un país extraño y ajeno y recibir luego el regalo enorme de la nueva identidad colombiana  la cual disfrutamos, valoramos y agradecimos por siempre. Doy gracias por su vida, corta para mí pero seguramente suficiente para que el plan de Dios se cumpliera en ella. Doy gracias por todo lo que aprendí de su vida y de su muerte; por lo que me dejó y lo que se llevó con él. Por dejarme para siempre su recuerdo y por vivir al mismo tiempo de mi vida.

Dia 2:
1.       Doy gracias a Dios porque cada día de mi vida ha salido el sol y cada noche conté con las condiciones suficientes para el descanso; porque nunca faltó en mi mesa el pan y en mi casa el amor. Porque mi soledad es la que busco y mi compañía la que valoro. Porque veo, oigo, siento y aprendo. Porque te tengo cerca Señor y haces por mí lo que sola no soy capaz de hacer. Porque me has mostrado el camino y me has corregido el rumbo las veces que ha sido necesario. Porque cuando caí me levantaste y cuando me equivoqué me comprendiste. Doy gracias porque cada vez que te necesito, te manifiestas en un amigo, en el Evangelio, en un pensamiento y hasta en una canción. Te doy gracias porque me has bendecido también a través del dolor para que al conocerlo, me haga fuerte para luchar y humilde para aceptar. Te doy gracias, en fin, porque son tantas las razones, que este párrafo pudiera no terminar jamás.
2.       Doy gracias por mi salud y la salud de mi familia. Por la salud de mis amigos y la salud de mis vecinos. Por mi bienestar, por el bienestar de quienes están cerca de mí y por el bienestar de quienes no conozco. Por la paz de nuestros países; por la belleza y generosidad de la naturaleza. Por todo lo que poseo y por todo lo que carezco. Doy gracias por ser quien soy; por las familias a las que pertenezco y por los amigos que me acompañan. Por quienes me sirven y por las oportunidades que tengo para servir.
3.       Doy gracias por las veces que he logrado lo que quiero. Doy gracias por las veces que no logré lo que anhelé. Doy gracias porque me has permitido aprender que nada de lo que tengo me pertenece.

Día 3
1.       Doy gracias a Dios por mi esposo, firme compañero de dos tercios de mi vida. Doy gracias porque pudimos crecer y madurar cada uno en su camino y muchas veces en direcciones diferentes; doy gracias porque esos caminos tuvieron siempre sendas paralelas y puentes comunicantes y nos condujeron a un destino común y a un terreno familiar y gratificante. Durante 44 años hemos compartido penas y alegrías; angustias y sosiego, tranquilidad y sobresaltos. Hemos superado juntos los más difíciles momentos y hemos disfrutado las más bellas experiencias. Doy gracias por ello; por su apoyo y su confianza que me han permitido ser; por su aceptación de mis debilidades y su tolerancia con mis apegos. Por querer a mis padres, respetar nuestra relación y aceptar sus lunares. Porque suple mis carencias y minimiza mis defectos. Porque me permitió conocer el amor y vivirlo en toda su intensidad. Porque consintió mis caprichos y respetó mi individualidad; aceptó mis cambios y animó mis fantasías. Porque está aquí, a mi lado, refrendando la decisión que un día unió para siempre nuestros destinos.
2.       Doy gracias por la familia de Ari. La lejanía y escasez de mi familia me han hecho añorar y valorar su compañía; pero la vida, siempre generosa, me enseñó que una cuñada puede ser la mejor de las hermanas y me permitió compartir con ella la comprensión y el afecto que pude en algún momento, ambicionar. Doy gracias por mi suegro, ejemplo de ejemplos, quien hasta sus cien años nos dio lecciones de entereza, de bondad y  fortaleza y nos ratificó la importancia de la honestidad y del trabajo. Doy gracias por su madre, sus hermanos, tíos y primos quienes en algún momento de mi vida me dieron la mano, me apoyaron y me permitieron aprender valiosas lecciones de vida y de familia.
3.       Doy gracias por haber tenido la oportunidad de vivir en varias ciudades. Conocer y experimentar diferentes culturas enriquece el espíritu y amplía la perspectiva. La Habana, Miami, Barranca, Medellín, Santa Marta, Valledupar, Barranquilla y Bucaramanga han dejado alguna huella en mí y en mi familia.  Han estampado sus marcas  en mi acento, en mis gustos, en mis costumbres. Han aportado valiosos elementos a mi vida y me han regalado invaluables amistades. Suelo decir que soy una cubana de ninguna parte, pero tengo que reconocer y dar gracias por ser una cubano-colombiana de todas partes, cada una de ellas importante y enriquecedora.

 Dia 4
1.       Doy gracias por mi primer hijo. Llegó a mi vida cuando yo misma no había completado aún la transición de hija a madre. A mis 19 años fue un reto enorme aprender a hacerle a un ser vivo lo que solo había hecho con las muñecas. Pero en la liviandad de la adolescencia, lo disfruté y se me reveló en toda su grandeza la incondicionalidad del amor y la fuerza enorme de ese sentimiento. Ese pequeño bebé logró en mí el compromiso de vivir mi vida para que la suya fuese feliz. Y jamás pude cambiar ese propósito. Doy gracias porque Juan David recibió de Dios las cualidades que le permitieron aprovechar lo que sus padres pudimos brindarle en educación, valores y oportunidades. Fue un niño tranquilo, feliz, sano y hermoso y se ganó con facilidad el cariño de la gente. Doy gracias porque la elección de quienes fueron sus amigos más cercanos fue acertada; ellos son aún los mejores compañeros y se convirtieron en hijos adoptivos de nosotros. Doy gracias inmensas por su vida, por su bienestar, por todo lo que ha logrado, por sus sentimientos hermosos y verdaderos; por su integridad y su fortaleza. Por su humildad que hace que si sigo enumerando sus cualidades, me gane yo una buena reprimenda.
2.       Doy gracias por su esposa, Silvia, ni nuera favorita. Si se me hubiese pedido elegir la mujer para él, ella habría sido la escogida. Ha sido la mejor esposa, madre, nuera y amiga porque fue también la mejor hija y hermana. Doy gracias porque está llena de valores y porque es la más especial compañera para mi hijo. Doy gracias por su vida, por su bondad, por sus sentimientos, por su sabiduría, por su entereza, por su dulzura, por su firmeza y por su carácter. Nunca hizo un curso para ser madre pero sería candidata a un Nobel por ese concepto. Doy gracias porque mis nietos tienen la mejor guía y la mejor amiga que puedan tener.  Suelo decirle que no va a ser una buena suegra porque no sabe imaginar separarse de sus hijos pero ya sin broma, estoy segura de que sabrá manejar también ese desprendimiento para seguir haciendo felices a los suyos.
3.       Doy gracias por sus hijos: mis nietos Santiago y Felipe. Hace ya casi once años llegó Santi a darme las primeras lecciones para ser abuela. Nunca imaginé que no haría falta sino mirar ese bultico de carne para despertar todos los sentimientos y toda la energía necesaria para ejercer esa misión con lujo de detalles. Doy gracias porque ha sido un niño ejemplar, sano y feliz, disciplinado, inteligente, noble y bondadoso. Doy gracias por su amor que llena mi corazón de infinita felicidad. Doy gracias por su vida, por su presente y por su futuro.
   Cinco años después y ya con ansias de repetir la dulce experiencia, me regalaron mi segundo nieto Felipe. Ternura viva, amor desbordante, sensibilidad e inocencia. Su sonrisa hermosa ilumina el momento más tedioso y su abrazo espontáneo y amoroso es capaz de hacerme desear que ese instante no se termine jamás. Gracias por Felipe, gracias por su aporte inmenso a nuestra felicidad. Gracias infinitas a Dios por mis nietos que han renovado en mi vida mi mejor juventud.

Día 5
1.       Doy gracias a Dios por mi segunda hija, Silvia Lucía. Nos acompañó durante casi nueve años y aportó frescura, alegría y una luz inmensa a nuestro hogar. Su partida prematura nos costó gran parte de nuestra razón de vivir; doy gracias porque en el proceso de recuperarla aprendimos más de lo que habíamos aprendido en la vida entera y porque fue evidente para nosotros la magnitud del amor de Dios y su acompañamiento hacia la aceptación y el sosiego.
2.       Doy gracias por mi tercera hija, Bibiana. Si uno pudiera elegir cómo sería el desarrollo de sus hijos durante la niñez y la adolescencia, el modelo hubiese sido ella. Doy gracias porque fue madura desde que nació: supo imponer sus condiciones y tuvo un don especial para saber lo que estaba bien y lo que estaba mal. Su carácter definido y resuelto encubría a una niña tierna, amorosa, sensible, apegada a su familia, inteligente y disciplinada. Doy gracias porque criarla fue una aventura y un descubrir de cosas hermosas en su personalidad. Doy gracias porque siempre nos ha brindado satisfacciones; por su buen juicio y hermosos sentimientos. Porque sabe lo que quiere y cómo hacer para conseguirlo. Porque los caminos que elige son en línea recta y sabe hacia dónde la conducen. Doy gracias porque nos ha enseñado con su ejemplo el amor a los animales y el respeto a la naturaleza. Por su sensibilidad y su sabiduría. Por su autenticidad. Doy gracias a Dios por nuestra niña, por todo lo que nos ha brindado, por lo que nos ha enseñado, por su devoción y amor por sus hermanos. Por poder confiar en ella. Porque aportó un hijo más a nuestro hogar con Oscar, su esposo. Mi yerno favorito. Doy gracias por él, por su aporte a la felicidad de mi hija, por sus valores cristianos y familiares. Por su paciencia con la debilidad de Bibi: los animales. Doy gracias por su nobleza, su buen corazón y su responsabilidad. Doy gracias porque me ha permitido tener los mejores vecinos que hubiera podido imaginar. Doy gracias porque han formado una familia hermosa y porque como padres, serán por siempre el mejor ejemplo y la mejor compañía para sus hijos.
3.       Doy gracias a Dios por mis nietos Juan Andrés y Elena. Porque luego de llenar de ilusión y felicidad mi corazón de abuela con Santiago y Felipe, me regaló a Juan Andrés y me lo dejó cerquita, para que pudiera practicar con más frecuencia y no fuera a olvidar cómo se mete un gol o qué hay que hacer para poder volar como Superman y el Hombre Araña. Doy gracias por Juanchito;  por su amor tan sincero y tan hermoso por su “wiba”; porque modificó mis prioridades y le imprimió un nuevo sentido a mi rutina. Porque su corazón es más grande que su cuerpo. Doy gracias por su inocencia, que me llena de ternura y me permite diseñarle un mundo a su acomodo. Doy gracias porque cada día tengo una luz distinta en mi casa y por supuesto, un ruido nuevo. Porque volví a pisar juguetes a media noche, a dormir en el borde de la cama, a despertarme con unos deditos abriendo mis ojos para señalarme que ya es de día y debemos empezar a vivir. Doy gracias por Elena, mi niña nueva, mi muñequita. Doy gracias porque hizo realidad la mayor ilusión de su madre; por su personalidad definida, su originalidad, su inteligencia. Porque me recuerda tanto a Bibi cuando pequeña y me permite jugar a las muñecas con una de verdad. Doy gracias a Dios cuando me dice wibita, cuando me ayuda a preparar unas galletas o me pide que le cante diecisiete veces la misma canción.
Doy gracias porque los abrazos se multiplicaron en mi vida, porque los te quiero se hicieron frecuentes, porque la risa llenó de nuevo mis espacios.
Doy gracias porque cuando extraño a mis nietos, solo debo ir a la casa vecina y encontrarlos. Y porque es un deleite ver en sus caritas y sentir en sus saludos la alegría de una visita apetecida.



Día 6
1.       Doy gracias infinitas por mi cuarto hijo.  Carlos Andrés se coló en nuestras vidas como un enviado de Dios con una misión inmensa para su pequeña vida:  evitar el derrumbe emocional de nuestra familia. El Señor lo dotó de todas las cualidades para realizar su ardua tarea: fue un niño alegre, carismático, extrovertido, amoroso, musical, creativo.  Sólo con mirarlo, mi corazón herido de muerte le hallaba un nuevo sentido a la existencia. Y a medida que fue creciendo, la vida cobró un nuevo aliento y volvimos a reír, volvimos a creer, volvimos a confiar. Doy gracias por su vida oportuna, por su bella sonrisa, por su alegría, por los sonidos de su acordeón. Doy gracias porque con él vivimos experiencias inéditas, vergüenzas pasajeras y angustias infundadas; porque no sabíamos que traía todo el montaje para triunfar y hacerse el dueño de su destino y de su suerte y hoy doy gracias a Dios por ello. Doy gracias porque la casa se transforma con su presencia y se ensombrece con su partida; porque sus alegrías son nuestras alegrías y sus conquistas nuestras victorias. Doy GRACIAS también, con mayúscula y negrilla, porque el regalo de su vida nos fue otorgado por segunda vez. Porque El Señor sabía que su misión seguía vigente y su vida nos era indispensable para vivir. Doy gracias porque para el cabo, el mundo cabe en su bolsillo y los amigos todos en su corazón. Porque es solidario y comprometido, generoso y juguetón. Doy gracias por sus amigos, que nos han demostrado su generosidad y cariño cuando los necesitamos para él. Doy gracias porque en su futuro debe haber una buena compañera, hermosa como el, que complemente su destino y amplíe nuestra familia. Doy gracias por la felicidad, la salud y la abundancia que le acompañarán por siempre y harán que perduren su luz y su sonrisa.
2.        Doy gracias por mis amig@s. En cada ciudad, en cada episodio y en cada necesidad, un@ amig@ ha hecho parte de mi historia. Recordé siempre a mi amiga de kínder en en La Habana, Judy Labrada a quien nunca volví a ver; a  Mayra Tuchman, amiga de los primeros años elementales en Miami de quien tampoco supe nada jamás. Doy gracias a Dios porque, a pesar de lo duro del cambio en ese primer año en Barrancabermeja, muchos de los afectos que allí encontré, han perdurado hasta estos días.  A Medellín llegué de nuevo huérfana de amigas y con las cicatrices de tantas pérdidas en el corazón. El internado propiciaba la convivencia y poco a poco fui encontrando el encanto en la diversidad de culturas y en la bondadosa acogida que muchas me brindaron. Al abandonar el colegio volví a perder muchas de aquellas queridas amigas que hoy gracias al Facebook, he vuelto a encontrar. Luego de casada seguí agregando gratitud y aprecios a mi corazón durante mis años en Valledupar, en Santa Marta y en Barranquilla. Cuando llegaba a cada ciudad, inquieta por un nuevo comienzo y deseosa de conquistar ese mundo ajeno una vez más, encontraba que ya Dios había hecho la tarea por mí; doy gracias porque nunca me faltó una mano tendida, un hombro dispuesto y una gentil tutoría que me señalara el rumbo a seguir. Finalmente Bucaramanga me brindó la estabilidad y nuevos afectos que ya en esta fase de mi vida se valoran infinitamente. Doy gracias también por aquellos amig@s que ya se despidieron para siempre. En cada uno de ellos encontré algo especial y les recuerdo con mucho cariño  y mucha nostalgia. Doy gracias a Dios porque así, durante gran parte de mi vida, fui conociendo, queriendo, perdiendo y volviendo a encontrar a muchas personas valiosas a quienes debo seguramente más cosas de las que puedo recordar. Doy  de nuevo gracias inmensas de corazón porque en la sabiduría infinita de Dios, me ha proporcionado exactamente lo que he necesitado en cada momento, en cada edad y en cada circunstancia.
3.       Doy gracias por todas esas amigas y amigos que asidua y generosamente toman de su tiempo para leer este reto diario y dejarme tan lindos comentarios. Doy gracias por ellos porque me recuerdan que están ahí, prestos a un abrazo, a una sonrisa, a una expresión de cariño. Porque hacen evidente su interés por los demás. Porque me demuestran que la soledad es una elección y que si un día necesito un aliciente o una sonrisa, puedo encontrarla a cada paso del camino. Porque ratifican que este país es mi país y esta gente mi familia.


Dia 7
1.       Doy gracias por Central Motor. Un día hace 21 años y 10 meses acepté el reto de formar parte de un proyecto que, como todo en mi vida, me llegaba desde donde llegan las cosas que están destinadas para uno. No diferenciaba yo un auto de otro, no sabía nada de lo que hubiese debido saber para enfrentar el desafío de introducir a mi ciudad una marca que en ese momento era exótica de un país lejano y misterioso. Pero con entusiasmo asumí la tarea y pronto pude comprobar que una vez más tenía el mejor socio que uno puede tener y Él se ocupaba por mí de que el resultado fuera mi recompensa. Muchas veces me he asombrado de realizaciones que no son mías, de retos que no me quedaron grandes; me doy cuenta entonces, una vez más, quién es el que está a cargo. Gracias doy Señor, por Ti. 

2.       Doy gracias por el grupo humano de Central Motor. Especialmente por aquellos que me acompañan con fidelidad desde hace 20 años. Ellos hicieron de mi proyecto su compromiso y de mi  compromiso su tarea diaria. Doy gracias a ellos y por ellos. Doy gracias porque facilitaron siempre mi labor, por las veces que me asistieron y me animaron; porque han velado por esta compañía y han acompañado su evolución. Porque son solidarios con los objetivos y han sido gestores de sus resultados. Porque somos una familia donde reina el cariño, el respeto, la solidaridad; una familia que tiene metas comunes y que comparte los logros y las satisfacciones. Doy gracias por tanto vivido y tanto aprendido a través de los triunfos y los fracasos. Doy gracias por los proveedores; por los clientes, los fabricantes e importadores. Doy gracias por la competencia, porque trabajando en un marco ético y responsable, nos permiten crecer en experiencia y en oportunidades. Doy gracias a ti Señor porque ésta ha sido una bendición más a mi vida y porque me ha permitido ofrecer trabajo y contribuir en mínima medida, con la sociedad.
3.       Llegamos al final del reto y siento que no pude hacer una buena elección de todos los motivos que  tengo para agradecer. Mi bolsa sigue llena… y cada día crece un poquito más… los motivos siguen llegando sin parar. Debo  entonces dar gracias por esos tantos motivos, por las mil y una razones que han llenado mi corazón de gratitud. Doy gracias por esta bendición que valoro en lo que vale y que quisiera extender a mi familia, mis amigos, mis empleados, mis clientes, mis coterráneos, mis paisanos, mis adversarios… a toda la humanidad.




Doy gracias por lo que soy, por lo que sé y por lo que no soy. Doy gracias porque hoy entiendo que soy lo que necesito en la vida para completar mi proyecto y cumplir mi misión. Porque nada me sobra y nada me falta. Porque el día a día me fue formando y me fue retocando exactamente como lo necesité. Gracias Señor porque soy tu propuesta, soy tu minuta, soy tu maqueta. Gracias por tu guía siempre sabia, por tu apoyo siempre generoso; gracias por enseñarme lo que es el amor verdadero y el perdón compasivo. Gracias por todos los recursos que me has facilitado y por las oportunidades que me has presentado. Por todas las veces que te necesité y te encontré y porque me enseñaste a encontrarte también en el silencio. Gracias por tu benevolencia, por tu amor, por tu bondad. Sólo espero no defraudarte y no ser inferior al plan que has diseñado para mí.


Doy gracias por cada segundo del día de hoy. Porque cada uno de ellos me pone de manifiesto tu infinita misericordia. Porque cada uno de ellos es una nueva oportunidad para cumplirte. Porque cada uno de ellos me permite la oportunidad de superarme. Gracias por los retos del día y por permitirme superarlos. Gracias por tanto Padre eterno.

1 comentario:

Rafael Hernandezurueta dijo...

Silvia,
En esta nota biográfica percibo en tí una fluidez en tu estilo y una soltura y el manejo de imágenes, que sé te permitirán asumir con propiedad tratar cualquier temática con un estilo propio y agradable!
A la carga!