Dia 1
1. Doy gracias a Dios por mi
vida. El bien invaluable que recibí de mis padres y que cuidaron ellos por mi
durante toda su existencia.
2. Doy gracias por mis padres;
cada acto de sus vidas fue un acto de amor por sus hijos. No fue fácil
abandonar un país que les era amable y familiar y desprenderse de todo lo
querido para explorar nuevas culturas y nuevos destinos; pero esa visión y ese
sacrificio inmenso, permitieron que tuviésemos una vida digna y libertad para
elegir nuestros caminos. Doy gracias porque soñaron para mí un mundo grato y me
enseñaron a construirlo. Porque me dieron las bases para un futuro cierto y me
inculcaron el valor de la familia, del servicio y de la gratitud. Doy gracias
porque pudieron conocer a sus nietos y dejar en ellos el mejor de los recuerdos.
Doy gracias, en fin, por la certeza de haber recibido de ellos su mayor
esfuerzo, de haber sido su mejor motivo y su más grande amor.
3. Doy gracias por mi único
hermano. Fuimos amigos, enemigos, contendores, compinches, cómplices y rivales,
ofensores y ofendidos. Pero crecer a su lado fue contar con aquello de lo cual
yo carecía, fue tener quien espantara mis fantasmas; fue aprender nuevas formas
de ver la vida y tener un soporte y un
apoyo incondicional; fue poder compartir la soledad de un país extraño y ajeno
y recibir luego el regalo enorme de la nueva identidad colombiana la cual disfrutamos, valoramos y agradecimos
por siempre. Doy gracias por su vida, corta para mí pero seguramente suficiente
para que el plan de Dios se cumpliera en ella. Doy gracias por todo lo que
aprendí de su vida y de su muerte; por lo que me dejó y lo que se llevó con él.
Por dejarme para siempre su recuerdo y por vivir al mismo tiempo de mi vida.
Dia 2:
1. Doy
gracias a Dios porque cada día de mi vida ha salido el sol y cada noche conté
con las condiciones suficientes para el descanso; porque nunca faltó en mi mesa
el pan y en mi casa el amor. Porque mi soledad es la que busco y mi compañía la
que valoro. Porque veo, oigo, siento y aprendo. Porque te tengo cerca Señor y
haces por mí lo que sola no soy capaz de hacer. Porque me has mostrado el
camino y me has corregido el rumbo las veces que ha sido necesario. Porque
cuando caí me levantaste y cuando me equivoqué me comprendiste. Doy gracias
porque cada vez que te necesito, te manifiestas en un amigo, en el Evangelio,
en un pensamiento y hasta en una canción. Te doy gracias porque me has
bendecido también a través del dolor para que al conocerlo, me haga fuerte para
luchar y humilde para aceptar. Te doy gracias, en fin, porque son tantas las razones, que este párrafo
pudiera no terminar jamás.
2. Doy
gracias por mi salud y la salud de mi familia. Por la salud de mis amigos y la
salud de mis vecinos. Por mi bienestar, por el bienestar de quienes están cerca
de mí y por el bienestar de quienes no conozco. Por la paz de nuestros países;
por la belleza y generosidad de la naturaleza. Por todo lo que poseo y por todo
lo que carezco. Doy gracias por ser quien soy; por las familias a las que
pertenezco y por los amigos que me acompañan. Por quienes me sirven y por las
oportunidades que tengo para servir.
3. Doy
gracias por las veces que he logrado lo que quiero. Doy gracias por las veces
que no logré lo que anhelé. Doy gracias porque me has permitido aprender que
nada de lo que tengo me pertenece.
Día 3
1. Doy
gracias a Dios por mi esposo, firme compañero de dos tercios de mi vida. Doy
gracias porque pudimos crecer y madurar cada uno en su camino y muchas veces en
direcciones diferentes; doy gracias porque esos caminos tuvieron siempre sendas
paralelas y puentes comunicantes y nos condujeron a un destino común y a un
terreno familiar y gratificante. Durante 44 años hemos compartido penas y
alegrías; angustias y sosiego, tranquilidad y sobresaltos. Hemos superado
juntos los más difíciles momentos y hemos disfrutado las más bellas
experiencias. Doy gracias por ello; por su apoyo y su confianza que me han
permitido ser; por su aceptación de mis debilidades y su tolerancia con mis
apegos. Por querer a mis padres, respetar nuestra relación y aceptar sus
lunares. Porque suple mis carencias y minimiza mis defectos. Porque me permitió
conocer el amor y vivirlo en toda su intensidad. Porque consintió mis caprichos y
respetó mi individualidad; aceptó mis cambios y animó mis fantasías. Porque
está aquí, a mi lado, refrendando la decisión que un día unió para siempre
nuestros destinos.
2. Doy
gracias por la familia de Ari. La lejanía y escasez de mi familia me han hecho añorar
y valorar su compañía; pero la vida, siempre generosa, me enseñó que una cuñada
puede ser la mejor de las hermanas y me permitió compartir con ella la
comprensión y el afecto que pude en algún momento, ambicionar. Doy gracias por
mi suegro, ejemplo de ejemplos, quien hasta sus cien años nos dio lecciones de
entereza, de bondad y fortaleza y nos
ratificó la importancia de la honestidad y del trabajo. Doy gracias por su
madre, sus hermanos, tíos y primos quienes en algún momento de mi vida me
dieron la mano, me apoyaron y me permitieron aprender valiosas lecciones de
vida y de familia.
3. Doy
gracias por haber tenido la oportunidad de vivir en varias ciudades. Conocer y
experimentar diferentes culturas enriquece el espíritu y amplía la perspectiva.
La Habana, Miami, Barranca, Medellín, Santa Marta, Valledupar, Barranquilla y
Bucaramanga han dejado alguna huella en mí y en mi familia. Han estampado sus marcas en mi acento, en mis gustos, en mis
costumbres. Han aportado valiosos elementos a mi vida y me han regalado
invaluables amistades. Suelo decir que soy una cubana de ninguna parte, pero
tengo que reconocer y dar gracias por ser una cubano-colombiana de todas
partes, cada una de ellas importante y enriquecedora.
Dia 4
1. Doy
gracias por mi primer hijo. Llegó a mi vida cuando yo misma no había completado
aún la transición de hija a madre. A mis 19 años fue un reto enorme aprender a
hacerle a un ser vivo lo que solo había hecho con las muñecas. Pero en la
liviandad de la adolescencia, lo disfruté y se me reveló en toda su grandeza la
incondicionalidad del amor y la fuerza enorme de ese sentimiento. Ese pequeño
bebé logró en mí el compromiso de vivir mi vida para que la suya fuese feliz. Y
jamás pude cambiar ese propósito. Doy gracias porque Juan David recibió de Dios
las cualidades que le permitieron aprovechar lo que sus padres pudimos
brindarle en educación, valores y oportunidades. Fue un niño tranquilo, feliz,
sano y hermoso y se ganó con facilidad el cariño de la gente. Doy gracias
porque la elección de quienes fueron sus amigos más cercanos fue acertada;
ellos son aún los mejores compañeros y se convirtieron en hijos adoptivos de
nosotros. Doy gracias inmensas por su vida, por su bienestar, por todo lo que
ha logrado, por sus sentimientos hermosos y verdaderos; por su integridad y su
fortaleza. Por su humildad que hace que si sigo enumerando sus cualidades, me gane
yo una buena reprimenda.
2. Doy
gracias por su esposa, Silvia, ni nuera favorita. Si se me hubiese pedido
elegir la mujer para él, ella habría sido la escogida. Ha sido la mejor esposa,
madre, nuera y amiga porque fue también la mejor hija y hermana. Doy gracias
porque está llena de valores y porque es la más especial compañera para mi
hijo. Doy gracias por su vida, por su bondad, por sus sentimientos, por su
sabiduría, por su entereza, por su dulzura, por su firmeza y por su carácter.
Nunca hizo un curso para ser madre pero sería candidata a un Nobel por ese
concepto. Doy gracias porque mis nietos tienen la mejor guía y la mejor amiga
que puedan tener. Suelo decirle que no
va a ser una buena suegra porque no sabe imaginar separarse de sus hijos pero
ya sin broma, estoy segura de que sabrá manejar también ese desprendimiento
para seguir haciendo felices a los suyos.
3. Doy
gracias por sus hijos: mis nietos Santiago y Felipe. Hace ya casi once años
llegó Santi a darme las primeras lecciones para ser abuela. Nunca imaginé que
no haría falta sino mirar ese bultico de carne para despertar todos los
sentimientos y toda la energía necesaria para ejercer esa misión con lujo de
detalles. Doy gracias porque ha sido un niño ejemplar, sano y feliz,
disciplinado, inteligente, noble y bondadoso. Doy gracias por su amor que llena
mi corazón de infinita felicidad. Doy gracias por su vida, por su presente y
por su futuro.
Cinco años después y ya con ansias de repetir la dulce experiencia, me regalaron mi segundo nieto Felipe. Ternura viva, amor desbordante, sensibilidad e inocencia. Su sonrisa hermosa ilumina el momento más tedioso y su abrazo espontáneo y amoroso es capaz de hacerme desear que ese instante no se termine jamás. Gracias por Felipe, gracias por su aporte inmenso a nuestra felicidad. Gracias infinitas a Dios por mis nietos que han renovado en mi vida mi mejor juventud.
Cinco años después y ya con ansias de repetir la dulce experiencia, me regalaron mi segundo nieto Felipe. Ternura viva, amor desbordante, sensibilidad e inocencia. Su sonrisa hermosa ilumina el momento más tedioso y su abrazo espontáneo y amoroso es capaz de hacerme desear que ese instante no se termine jamás. Gracias por Felipe, gracias por su aporte inmenso a nuestra felicidad. Gracias infinitas a Dios por mis nietos que han renovado en mi vida mi mejor juventud.
Día 5
1.
Doy gracias a Dios por mi segunda hija, Silvia
Lucía. Nos acompañó durante casi nueve años y aportó frescura, alegría y una
luz inmensa a nuestro hogar. Su partida prematura nos costó gran parte de
nuestra razón de vivir; doy gracias porque en el proceso de recuperarla
aprendimos más de lo que habíamos aprendido en la vida entera y porque fue
evidente para nosotros la magnitud del amor de Dios y su acompañamiento hacia
la aceptación y el sosiego.
2.
Doy gracias por mi tercera hija, Bibiana. Si uno
pudiera elegir cómo sería el desarrollo de sus hijos durante la niñez y la
adolescencia, el modelo hubiese sido ella. Doy gracias porque fue madura desde
que nació: supo imponer sus condiciones y tuvo un don especial para saber lo
que estaba bien y lo que estaba mal. Su carácter definido y resuelto encubría a
una niña tierna, amorosa, sensible, apegada a su familia, inteligente y
disciplinada. Doy gracias porque criarla fue una aventura y un descubrir de
cosas hermosas en su personalidad. Doy gracias porque siempre nos ha brindado satisfacciones;
por su buen juicio y hermosos sentimientos. Porque sabe lo que quiere y cómo
hacer para conseguirlo. Porque los caminos que elige son en línea recta y sabe
hacia dónde la conducen. Doy gracias porque nos ha enseñado con su ejemplo el
amor a los animales y el respeto a la naturaleza. Por su sensibilidad y su
sabiduría. Por su autenticidad. Doy gracias a Dios por nuestra niña, por todo
lo que nos ha brindado, por lo que nos ha enseñado, por su devoción y amor por
sus hermanos. Por poder confiar en ella. Porque aportó un hijo más a nuestro
hogar con Oscar, su esposo. Mi yerno favorito. Doy gracias por él, por su
aporte a la felicidad de mi hija, por sus valores cristianos y familiares. Por
su paciencia con la debilidad de Bibi: los animales. Doy gracias por su
nobleza, su buen corazón y su responsabilidad. Doy gracias porque me ha
permitido tener los mejores vecinos que hubiera podido imaginar. Doy gracias
porque han formado una familia hermosa y porque como padres, serán por siempre
el mejor ejemplo y la mejor compañía para sus hijos.
3.
Doy gracias a Dios por mis nietos Juan Andrés y
Elena. Porque luego de llenar de ilusión y felicidad mi corazón de abuela con
Santiago y Felipe, me regaló a Juan Andrés y me lo dejó cerquita, para que
pudiera practicar con más frecuencia y no fuera a olvidar cómo se mete un gol o
qué hay que hacer para poder volar como Superman y el Hombre Araña. Doy gracias
por Juanchito; por su amor tan sincero y
tan hermoso por su “wiba”; porque modificó mis prioridades y le imprimió un
nuevo sentido a mi rutina. Porque su corazón es más grande que su cuerpo. Doy gracias por su
inocencia, que me llena de ternura y me permite diseñarle un mundo a su
acomodo. Doy gracias porque cada día tengo una luz distinta en mi
casa y por supuesto, un ruido nuevo. Porque volví a pisar juguetes a media
noche, a dormir en el borde de la cama, a despertarme con unos deditos abriendo
mis ojos para señalarme que ya es de día y debemos empezar a vivir. Doy gracias
por Elena, mi niña nueva, mi muñequita. Doy gracias porque hizo realidad la mayor
ilusión de su madre; por su personalidad definida, su originalidad, su
inteligencia. Porque me recuerda tanto a Bibi cuando pequeña y me permite jugar
a las muñecas con una de verdad. Doy gracias a Dios cuando me dice wibita, cuando
me ayuda a preparar unas galletas o me pide que le cante diecisiete veces la
misma canción.
Doy gracias porque los abrazos se multiplicaron en mi
vida, porque los te quiero se hicieron frecuentes, porque la risa llenó de
nuevo mis espacios.
Doy gracias porque cuando extraño a mis nietos, solo
debo ir a la casa vecina y encontrarlos. Y porque es un deleite ver en sus
caritas y sentir en sus saludos la alegría de una visita apetecida.
Día 6
1.
Doy gracias infinitas por mi cuarto hijo. Carlos Andrés se coló en nuestras vidas como
un enviado de Dios con una misión inmensa para su pequeña vida: evitar el derrumbe emocional de nuestra
familia. El Señor lo dotó de todas las cualidades para realizar su ardua tarea:
fue un niño alegre, carismático, extrovertido, amoroso, musical, creativo. Sólo con mirarlo, mi corazón herido de muerte
le hallaba un nuevo sentido a la existencia. Y a medida que fue creciendo, la
vida cobró un nuevo aliento y volvimos a reír, volvimos a creer, volvimos a
confiar. Doy gracias por su vida oportuna, por su bella sonrisa, por su alegría,
por los sonidos de su acordeón. Doy gracias porque con él vivimos experiencias
inéditas, vergüenzas pasajeras y angustias
infundadas; porque no sabíamos que traía todo el montaje para triunfar y
hacerse el dueño de su destino y de su suerte y hoy doy gracias a Dios por
ello. Doy gracias porque la casa se transforma con su presencia y se ensombrece
con su partida; porque sus alegrías son nuestras alegrías y sus conquistas
nuestras victorias. Doy GRACIAS
también, con mayúscula y negrilla, porque el regalo de su vida nos fue otorgado
por segunda vez. Porque El Señor sabía que su misión seguía vigente y su vida
nos era indispensable para vivir. Doy gracias porque para el cabo, el mundo
cabe en su bolsillo y los amigos todos en su corazón. Porque es solidario y
comprometido, generoso y juguetón. Doy gracias por sus amigos, que nos han
demostrado su generosidad y cariño cuando los necesitamos para él. Doy gracias
porque en su futuro debe haber una buena compañera, hermosa como el, que
complemente su destino y amplíe nuestra familia. Doy gracias por la felicidad,
la salud y la abundancia que le acompañarán por siempre y harán que perduren su
luz y su sonrisa.
2.
Doy
gracias por mis amig@s. En cada ciudad, en cada episodio y en cada necesidad,
un@ amig@ ha hecho parte de mi historia. Recordé siempre a mi amiga de kínder
en en La Habana, Judy Labrada a quien nunca volví a ver; a Mayra Tuchman, amiga de los primeros años
elementales en Miami de quien tampoco supe nada jamás. Doy gracias a Dios
porque, a pesar de lo duro del cambio en ese primer año en Barrancabermeja,
muchos de los afectos que allí encontré, han perdurado hasta estos días. A Medellín llegué de nuevo huérfana de amigas
y con las cicatrices de tantas pérdidas en el corazón. El internado propiciaba
la convivencia y poco a poco fui encontrando el encanto en la diversidad de
culturas y en la bondadosa acogida que muchas me brindaron. Al abandonar el
colegio volví a perder muchas de aquellas queridas amigas que hoy gracias al
Facebook, he vuelto a encontrar. Luego de casada seguí agregando gratitud y
aprecios a mi corazón durante mis años en Valledupar, en Santa Marta y en
Barranquilla. Cuando llegaba a cada ciudad, inquieta por un nuevo comienzo y
deseosa de conquistar ese mundo ajeno una vez más, encontraba que ya Dios había
hecho la tarea por mí; doy gracias porque nunca me faltó una mano tendida, un
hombro dispuesto y una gentil tutoría que me señalara el rumbo a seguir. Finalmente
Bucaramanga me brindó la estabilidad y nuevos afectos que ya en esta fase de mi
vida se valoran infinitamente. Doy gracias también por aquellos amig@s que ya
se despidieron para siempre. En cada uno de ellos encontré algo especial y les
recuerdo con mucho cariño y mucha
nostalgia. Doy gracias a Dios porque así, durante gran parte de mi vida, fui
conociendo, queriendo, perdiendo y volviendo a encontrar a muchas personas
valiosas a quienes debo seguramente más cosas de las que puedo recordar. Doy de nuevo gracias inmensas de corazón porque
en la sabiduría infinita de Dios, me ha proporcionado exactamente lo que he
necesitado en cada momento, en cada edad y en cada circunstancia.
3.
Doy gracias por todas esas amigas y amigos que
asidua y generosamente toman de su tiempo para leer este reto diario y dejarme
tan lindos comentarios. Doy gracias por ellos porque me recuerdan que están
ahí, prestos a un abrazo, a una sonrisa, a una expresión de cariño. Porque
hacen evidente su interés por los demás. Porque me demuestran que la soledad es
una elección y que si un día necesito un aliciente o una sonrisa, puedo
encontrarla a cada paso del camino. Porque ratifican que este país es mi país y
esta gente mi familia.
Dia 7
1.
Doy gracias por Central Motor. Un día hace 21
años y 10 meses acepté el reto de formar parte de un proyecto que, como todo en
mi vida, me llegaba desde donde llegan las cosas que están destinadas para uno.
No diferenciaba yo un auto de otro, no sabía nada de lo que hubiese debido
saber para enfrentar el desafío de introducir a mi ciudad una marca que en ese
momento era exótica de un país lejano y misterioso. Pero con entusiasmo asumí la tarea y
pronto pude comprobar que una vez más tenía el mejor socio que uno puede tener
y Él se ocupaba por mí de que el resultado fuera mi recompensa. Muchas veces me
he asombrado de realizaciones que no son mías, de retos que no me quedaron
grandes; me doy cuenta entonces, una vez más, quién es el que está a cargo.
Gracias doy Señor, por Ti.
2.
Doy gracias por el grupo humano de Central
Motor. Especialmente por aquellos que me acompañan con fidelidad desde hace 20
años. Ellos hicieron de mi proyecto su compromiso y de mi compromiso su tarea diaria. Doy gracias a
ellos y por ellos. Doy gracias porque facilitaron siempre mi labor, por las
veces que me asistieron y me animaron; porque han velado por esta compañía y
han acompañado su evolución. Porque son solidarios con los objetivos y han sido
gestores de sus resultados. Porque somos una familia donde reina el cariño, el
respeto, la solidaridad; una familia que tiene metas comunes y que comparte los
logros y las satisfacciones. Doy gracias por tanto vivido y tanto aprendido a
través de los triunfos y los fracasos. Doy gracias por los proveedores; por los
clientes, los fabricantes e importadores. Doy gracias por la competencia,
porque trabajando en un marco ético y responsable, nos permiten crecer en
experiencia y en oportunidades. Doy gracias a ti Señor porque ésta ha sido una
bendición más a mi vida y porque me ha permitido ofrecer trabajo y contribuir
en mínima medida, con la sociedad.
3.
Llegamos al final del reto y siento que no pude
hacer una buena elección de todos los motivos que tengo para agradecer. Mi bolsa sigue llena… y
cada día crece un poquito más… los motivos siguen llegando sin parar. Debo entonces dar gracias por esos tantos motivos,
por las mil y una razones que han llenado mi corazón de gratitud. Doy gracias
por esta bendición que valoro en lo que vale y que quisiera extender a mi
familia, mis amigos, mis empleados, mis clientes, mis coterráneos, mis
paisanos, mis adversarios… a toda la humanidad.
Doy gracias por lo que soy, por lo que sé y por lo que
no soy. Doy gracias porque hoy entiendo que soy lo que necesito en la vida para
completar mi proyecto y cumplir mi misión. Porque nada me sobra y nada
me falta. Porque el día a día me fue formando y me fue retocando exactamente
como lo necesité. Gracias Señor porque soy tu propuesta, soy tu minuta, soy tu
maqueta. Gracias por tu guía siempre sabia, por tu apoyo siempre generoso;
gracias por enseñarme lo que es el amor verdadero y el perdón compasivo.
Gracias por todos los recursos que me has facilitado y por las oportunidades
que me has presentado. Por todas las veces que te necesité y te encontré y
porque me enseñaste a encontrarte también en el silencio. Gracias por tu
benevolencia, por tu amor, por tu bondad. Sólo espero no defraudarte y no ser
inferior al plan que has diseñado para mí.
Doy gracias por cada segundo del día de hoy. Porque cada
uno de ellos me pone de manifiesto tu infinita misericordia. Porque cada uno de
ellos es una nueva oportunidad para cumplirte. Porque cada uno de ellos me
permite la oportunidad de superarme. Gracias por los retos del día y por
permitirme superarlos. Gracias por tanto Padre eterno.
1 comentario:
Silvia,
En esta nota biográfica percibo en tí una fluidez en tu estilo y una soltura y el manejo de imágenes, que sé te permitirán asumir con propiedad tratar cualquier temática con un estilo propio y agradable!
A la carga!
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