Me deja también su partida un legado invaluable y precioso del cual me hizo única responsable careciendo de todos sus recursos: su carisma, sus vivencias, su inteligencia, su alegría. Solo Dios me hará digna y capaz de hacer perdurar su memoria y su dote como hermosa herencia a las futuras generaciones de familia y amigos.
Papo dejó su huella en todos nosotros.Impactó de alguna manera nuestras vidas y marcó profundamente nuestros corazones. Su alegría, sentido del humor y manera de ser extravertida le prodigaron incontables amigos; su tenacidad, honestidad y espíritu luchador, innumerables admiradores. Su generosidad y su altruísmo, le merecieron un espacio en el corazón de muchos. Y yo confío en que todas estas cualidades le reservaron un sitio muy cerca de Dios.
Por eso hoy le recordamos con mucha gratitud y afecto. Le extrañamos, sí, y mucho. Le extrañaremos siempre. Pero no fue en vano su paso por la vida y esto es una herencia infinitamente rica y comprometedora.
El cariño de ustedes, su presencia hoy aquí, física o ausente y el ejemplo de entereza de mi padre, me hacen fuerte para completar mi destino. Este es un homenaje a la vida; a su vida, a la vida de mi padre: amigo para siempre de ustedes, motivación, orgullo y fortaleza para mi.
Gracias, muchísimas gracias. A Ari y mis hijos por su apoyo amoroso en este año difícil, a ustedes por su cariño generoso y reconfortante; a Inés por sus pacientes cuidados a mi padre, a Santi por ser su mayor ilusión y alegría, a Dios por su sabia guía y su amor infinito.