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sábado, 3 de junio de 2017

Despedida del 2016

 No veía la hora de despedir al 2016. Fue un año difícil, cuyos acontecimientos políticos comprometieron mis sentimientos y despertaron mis más remotos temores. En el ámbito laboral viví también un periodo de retos importantes y trascendentales decisiones. Retos y decisiones que afectarían a doscientas familias de cuya estabilidad me sentí en parte responsable y en mucho comprometida.
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>> Este año bisiesto hizo honor a la fama que lo equipara con un año desafortunado. Un año que no respondió a nuestras expectativas, no obstante comenzó con los mismos augurios que diseñamos a la medida y los mismos buenos deseos de los amigos buenos.  Qué falló entonces? Qué hará que este 2017 se comporte como esperamos que lo haga?
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>> Creo firmemente en que el futuro es el resultado de nuestras acciones. Y hasta de nuestros pensamientos. Nos pasamos la vida haciendo cosas que van a determinar lo que pasará en algún momento, aunque no siempre somos conscientes de ello. Somos como arquitectos que diseñan ladrillo a ladrillo sin un proyecto que los guíe hacia la obra final. Y cuando la obra final es un hecho cierto, desearían haber cambiado alguna de sus estructuras, de sus formas o sus colores. Pero nada puede hacer que esa obra vuelva atrás y resideñe sus espacios. Lo que corresponde a nosotros como arquitectos de nuestro destino es tomar esa obra adelantada, asumir su diseño como parte que es de todo nuestro pasado y acomodar a ella nuestras expectativas a la vez que tomamos el control de las siguientes ejecuciones.
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>> A esa posición proactiva se suma la experiencia adquirida en años como este que quiero cerrar hoy. Y lo quiero cerrar hoy sintiendo gratitud porque cada uno de los momentos que viví, de los retos que asumí, de los eventos que sufrí y de aquellos que gocé; cada lágrima que lloré y cada error que cometí, tuvieron el propósito de apoyarme en la estructura que hoy comienzo a edificar.  Nada puedo cambiar sino mi actitud y nada gano con lamentar lo que ya pasó. Sobre todo ello hay cosas por hacer y lo más valioso: hay cosas que aprender para continuar haciendo el camino que queremos transitar. Es corto ya el que nos queda por la larga travesía recorrida; lo que debe significar que es inmenso el aporte que podemos hacer para que el tramo final se trace con las flores que hemos recogido y los momentos que hemos aprendido a valorar.                       A todos mis familiares, amigos y contactos de Facebook deseo que la construcción que emprendan en este 2017 sea sólida y amable y les sirva de columna para un porvenir pleno de hermosas consecuencias. Que digamos todos: gracias 2016 y bienvenido el año que ya hemos diseñado para ser felices.