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martes, 3 de marzo de 2020

Se nos metieron los socialistas!

Estoy de acuerdo con este hashtag tendencia: #ElCambioEsImparable Se nos metieron los socialistas. No solo Cuba, Venezuela y Soros en las ONGs que financia con el propósito que es hoy de público conocimiento, sino que ya tenemos paisanos aleccionados que les hacen la segunda voz.
Muy triste que colombianos de nacimiento se embarquen en un programa de izquierda que ha probado sobradamente el daño que hace a los mismos que lo promueven. La burguesía,los ricos, los industriales, empresarios, cerebros y emprendedores destacados se van del país a invertir en otras latitudes y gastarse su dinero de la misma forma como lo obtuvieron: por decisión propia. El empleo entonces cae estrepitosamente, los impuestos por ende también y con los pocos fondos del fisco no alcanzará sino para mejorar notablemente todo lo prometido.....a las cuentas en euros de sus sayones.
Hace varios años, más de 10 diría yo, estaban entrando muchos cubanos al país vía Venezuela. Bucaramanga era un destino importante de frontera pero les interesaban otros por igual. Estos isleños no se desplazaban a pie, no estaban hambrientos y no traían con ellos a menores de edad. El comandante de la Quinta Brigada de ese entonces, citó a un grupo de unas 30 personas de la ciudad y entre muchas otras cosas, nos advirtió lo siguiente: “Normalmente los cubanos, debido a la situación de su país, despiertan en la gente sentimientos de solidaridad, de apoyo y deseos de servirles en alguna de sus necesidades, que generalmente son de trabajo y ubicación en empresas y fincas de la región. Queremos dejarles muy claro que éstos migrantes en particular vienen auspiciados por los regímenes de Cuba y Venezuela y su labor es de inteligencia y adoctrinamiento. Es su elección si les abren espacios pero nuestra recomendación es un terminante NO. No lo hagan, porque están poniendo en riesgo la seguridad del país. Ellos no son refugiados, son parte del sistema de expansión del comunismo latinoamericano”. (Aclaro que la interpretación y las palabras son mías.)
Hasta este momento, Colombia a duras penas escuchaba alguna noticia sobre el comunismo cubano.
Tiempo después supe a través de un ex funcionario de la gobernación que el gobierno de Hugo Chávez venía financiando obras sociales en veredas y pequeños municipios de Santander, como asilos de ancianos, comedores infantiles y otros.
Hasta este momento, casi nada se sabía del Foro de São Paulo y Cuba generaba pocas noticias al tener el cubrimiento económico de Venezuela para su funcionamiento y el lucro de la cúpula militar y de gobierno.
Pero el trabajo de tejido subrepticio que tan bien conoce la izquierda y tan buenos resultados le ha reportado en la conquista de sus sombríos objetivos, ya se estaba consolidando en zonas tradicionalmente marginadas del país.
Paralelamente, quienes serían los únicos beneficiarios de un gobierno socialista en Colombia (léase Petro, Cepeda, Teodora y otras figuras de cierto peso y liderazgo) avanzaban en la tarea de dejar bien claro a los jóvenes quiénes eran los artífices de todos sus penurias y quiénes serían los redentores de la patria; mientras tanto ubicaban fichas claves en los medios, la justicia, la academia, el legislativo y las periferias, con muy claros objetivos que han venido cumpliendo con eficacia y perseverancia, que de ésto si tiene la izquierda.
El gobierno de Santos, que encontró un país viable, seguro, austero, motivado y floreciente así como una gran bonanza petrolera, se hizo la tarea de sacar a la luz un poco de aquello que se había construido sigilosamente a favor de la izquierda y sagazmente se lo entregó al país en cuotas ascendientes. Cuotas cada vez más robustas, cada vez más perversas. Pero de la misma manera en que actúa el agua al caer gota a gota en un mismo punto, sin despertar demasiada reacción que igual ignoró, fue abriendo un inmenso boquete en la resistencia ciudadana que ya empezaba a ver cada vez más normal las decisiones del ejecutivo y las excesivas concesiones que estábamos (sí: estábamos) tolerando a favor de la insurgencia y el narcotráfico. Aceptamos la violación de la voluntad ciudadana expresada en el plebiscito, vimos por televisión el espectáculo grotesco de la firma de la paz con la presencia de los garantes noruegos, cubanos y venezolanos. Conocimos la burla de la Farc en la firma de Timochenko con su seudónimo en lugar de su identidad civil recién recuperada, en la entrega de escobas y sartenes como bienes para reparar a sus incontables víctimas. Entendimos casi enseguida que las disidencias hacían parte de las estrategias de la Farc; toleramos la creación de un monstruo jurídico llamado JEP, Abandonamos a los niños reclutados que no fueron devueltos a sus familias y ya nos pareció normal que la economía gire alrededor de 240 hectáreas de coca y sus consecuencias en violencia y destrucción del país. Ya todas esas viandas confeccionadas en La Habana fueron digeridas y nos parecen parte de la vida normal y cotidiana. Pero faltan aún y cumplirán con el ritmo creciente en riesgo y amenazas a nuestra exhausta democracia.
El anuncio de las autoridades samarias de importar profesionales de menor calidad y recursos que los nuestros para asistirles en la educación, salud y algo más, habiendo ya vivido lo sucedido en Venezuela con esas importaciones cubanas y lo que acaban de anunciar en Bolivia de la idoneidad de los médicos cubanos que sí eran cubanos pero no médicos sino santeros, informantes, adoctrinadores, ha despertado polémica en redes; pero me atrevo a apostar doble a sencillo que la próxima semana esa noticia habrá sido asimilada y estaremos preparados psicológicamente para la siguiente, la siguiente, y las que falten. Y por supuesto, nos distraerán mientras tanto con las culpas del presidente Uribe, las relaciones con Venezuela, la venta de órganos en Profamilia, los chismes de la Merlano y uno que otro evento farandulero. Y quedan la mente y las emociones mansas y sosegadas para lo que haya que saber, olvidar o vivir.
Esta cadena de acontecimientos unos concomitantes, otros en serie pero todos afines a los propósitos castristas, la he reconocido etapa por etapa. Son las mismas, son copiadas, son un libreto que se gesta en Brasil, se financia desde USA y se hace realidad hoy en nuestro país.
DESPIERTA COLOMBIA! UNIDOS SOMOS MÁS                                                                                     --------
Cuba apoyará a Santa Marta en salud, educación, deporte y cultura. 

Qué nos espera?

Se han puesto a pensar qué es lo que nos espera en un futuro no muy lejano? En nombre de la paz hemos venido tolerando (algunos aceptando gustosamente) que los firmantes desdibujen sus compromisos casi desde el día mismo del espectáculo en Cartagena como sucedió con la falsa entrega de armas, de menores de edad y de secuestrados. Que se dividan en bloques, uno en armas y otro en el poder gubernamental. Que el gobierno haya descuidado a los guerrilleros de las bases, esos que sí se desmovilizaron y viven juiciosamente buscando el pan de sus familias. Hemos tolerado que las zonas entregadas a 7 mil combatientes desmovilizados, que hoy suman menos de 3 mil, se mantengan inmodificables. Un año después de la firma de los acuerdos, el 55% de los guerrilleros había abandonado las zonas veredales de tránsito hacia la vida civil (Dato oficial de la ONU) a la par que las disidencias crecían en número y acciones terroristas contra la población. Hoy, casi tres años después, cuántos desmovilizados permanecen realmente en el cumplimiento de lo pactado? El 40? 30? 25%?, eso también lo hemos tolerado sin pedir cambios sustanciales a las inversiones que se han realizado menoscabando significativamente las finanzas públicas. Muchos nos tragamos el sapo de la JEP sin aceptarlo, pero con la pasividad que nos caracteriza y que ha dado vía libre a la sucesión de batracios de todas las especies que se vienen y que al parecer, iremos tragando también en nombre de la agónica paz.
Hoy la JEP ha refrendado su vocación de izquierda, su protección al narco terrorismo y su habilidad para entorpecer las investigaciones como nos hacen ver sus absurdas y sesgadas decisiones que tienen un costo altísimo y un valor cercano a cero: hoy declara acto legítimo de guerra el cruel ataque de la FARC con carrobomba contra la Escuela Superior de Guerra, negando además la condición de víctimas a los 11 militares lesionados en ese acto salvaje. Según este espurio tribunal de justicia, la FARC actuó acatando los postulados del DIH. Pero además, en un extremo arranque de bondad, indultó también a la llamada Mata Hari de la FARC, de cumplir una condena de 27 años de prisión por delitos de terrorismo y sus conexos. Mientras tanto, Iván Márquez, Santrich y el otro criminal cuyo nombre se me escapa, con el guiño de la JEP, se reactivan (si alguna vez no lo estuvieron) en sus actividades criminales con las llamadas disidencias, oportunamente evadidas de la justicia.
En serio que los terroristas sabían muy bien lo que hacían en la mesa de negociaciones de La Habana, como sabían también que se iban a encontrar con un país letárgico y muchos sectores seducidos por el discurso de odio y segregación de Petro y demás explotadores de la necesidad, que hicieron una tarea paralela paciente y eficaz. Si, amigos, es que hay que unir los hilos que nos vienen tejiendo desde varias manos manejadas diestramente por el Foro aquel, fundado por Fidel y Lulla, para teñir de rojo y negro el mapa latinoamericano. Y ya se pueden ver los éxitos que han tenido a costa del sufrimiento de los ciudadanos. Se pueden ver, medir, estudiar, vivir; son reales, están a la vista de todos los colombianos que no se ciegan ante promesas e ilusiones que nos hacen arropadas en falsas envolturas de final feliz. No se ciegan, aún reconociendo que el grado de descomposición del país está llegando al fondo. Un fondo donde se encuentran esperando quienes aprovechan el descontento para proponer el cambio que anhelan, el cambio que nunca debemos aceptar.
Y leí en algún editorial hoy que están ya sopesando la posibilidad del voto electrónico.... esa ya será la tumba de la soberanía del voto ciudadano.
Qué más necesitamos para despertar? para defender nuestra democracia? Sobre ella se puede construir, modificar, hacer mejoras pero sin ella, que nos lleve Joselito Carnaval porque parece que estamos en modo fiesta permanente. El futuro del país es para después.