Estoy de acuerdo con este hashtag tendencia:
#ElCambioEsImparable Se nos metieron los socialistas. No solo Cuba, Venezuela y Soros en las ONGs que financia con el propósito que es hoy de público conocimiento, sino que ya tenemos paisanos aleccionados que les hacen la segunda voz.
Muy triste que colombianos de nacimiento se embarquen en un programa de izquierda que ha probado sobradamente el daño que hace a los mismos que lo promueven. La burguesía,los ricos, los industriales, empresarios, cerebros y emprendedores destacados se van del país a invertir en otras latitudes y gastarse su dinero de la misma forma como lo obtuvieron: por decisión propia. El empleo entonces cae estrepitosamente, los impuestos por ende también y con los pocos fondos del fisco no alcanzará sino para mejorar notablemente todo lo prometido.....a las cuentas en euros de sus sayones.
Hace varios años, más de 10 diría yo, estaban entrando muchos cubanos al país vía Venezuela. Bucaramanga era un destino importante de frontera pero les interesaban otros por igual. Estos isleños no se desplazaban a pie, no estaban hambrientos y no traían con ellos a menores de edad. El comandante de la Quinta Brigada de ese entonces, citó a un grupo de unas 30 personas de la ciudad y entre muchas otras cosas, nos advirtió lo siguiente: “Normalmente los cubanos, debido a la situación de su país, despiertan en la gente sentimientos de solidaridad, de apoyo y deseos de servirles en alguna de sus necesidades, que generalmente son de trabajo y ubicación en empresas y fincas de la región. Queremos dejarles muy claro que éstos migrantes en particular vienen auspiciados por los regímenes de Cuba y Venezuela y su labor es de inteligencia y adoctrinamiento. Es su elección si les abren espacios pero nuestra recomendación es un terminante NO. No lo hagan, porque están poniendo en riesgo la seguridad del país. Ellos no son refugiados, son parte del sistema de expansión del comunismo latinoamericano”. (Aclaro que la interpretación y las palabras son mías.)
Hasta este momento, Colombia a duras penas escuchaba alguna noticia sobre el comunismo cubano.
Tiempo después supe a través de un ex funcionario de la gobernación que el gobierno de Hugo Chávez venía financiando obras sociales en veredas y pequeños municipios de Santander, como asilos de ancianos, comedores infantiles y otros.
Hasta este momento, casi nada se sabía del Foro de São Paulo y Cuba generaba pocas noticias al tener el cubrimiento económico de Venezuela para su funcionamiento y el lucro de la cúpula militar y de gobierno.
Pero el trabajo de tejido subrepticio que tan bien conoce la izquierda y tan buenos resultados le ha reportado en la conquista de sus sombríos objetivos, ya se estaba consolidando en zonas tradicionalmente marginadas del país.
Paralelamente, quienes serían los únicos beneficiarios de un gobierno socialista en Colombia (léase Petro, Cepeda, Teodora y otras figuras de cierto peso y liderazgo) avanzaban en la tarea de dejar bien claro a los jóvenes quiénes eran los artífices de todos sus penurias y quiénes serían los redentores de la patria; mientras tanto ubicaban fichas claves en los medios, la justicia, la academia, el legislativo y las periferias, con muy claros objetivos que han venido cumpliendo con eficacia y perseverancia, que de ésto si tiene la izquierda.
El gobierno de Santos, que encontró un país viable, seguro, austero, motivado y floreciente así como una gran bonanza petrolera, se hizo la tarea de sacar a la luz un poco de aquello que se había construido sigilosamente a favor de la izquierda y sagazmente se lo entregó al país en cuotas ascendientes. Cuotas cada vez más robustas, cada vez más perversas. Pero de la misma manera en que actúa el agua al caer gota a gota en un mismo punto, sin despertar demasiada reacción que igual ignoró, fue abriendo un inmenso boquete en la resistencia ciudadana que ya empezaba a ver cada vez más normal las decisiones del ejecutivo y las excesivas concesiones que estábamos (sí: estábamos) tolerando a favor de la insurgencia y el narcotráfico. Aceptamos la violación de la voluntad ciudadana expresada en el plebiscito, vimos por televisión el espectáculo grotesco de la firma de la paz con la presencia de los garantes noruegos, cubanos y venezolanos. Conocimos la burla de la Farc en la firma de Timochenko con su seudónimo en lugar de su identidad civil recién recuperada, en la entrega de escobas y sartenes como bienes para reparar a sus incontables víctimas. Entendimos casi enseguida que las disidencias hacían parte de las estrategias de la Farc; toleramos la creación de un monstruo jurídico llamado JEP, Abandonamos a los niños reclutados que no fueron devueltos a sus familias y ya nos pareció normal que la economía gire alrededor de 240 hectáreas de coca y sus consecuencias en violencia y destrucción del país. Ya todas esas viandas confeccionadas en La Habana fueron digeridas y nos parecen parte de la vida normal y cotidiana. Pero faltan aún y cumplirán con el ritmo creciente en riesgo y amenazas a nuestra exhausta democracia.
El anuncio de las autoridades samarias de importar profesionales de menor calidad y recursos que los nuestros para asistirles en la educación, salud y algo más, habiendo ya vivido lo sucedido en Venezuela con esas importaciones cubanas y lo que acaban de anunciar en Bolivia de la idoneidad de los médicos cubanos que sí eran cubanos pero no médicos sino santeros, informantes, adoctrinadores, ha despertado polémica en redes; pero me atrevo a apostar doble a sencillo que la próxima semana esa noticia habrá sido asimilada y estaremos preparados psicológicamente para la siguiente, la siguiente, y las que falten. Y por supuesto, nos distraerán mientras tanto con las culpas del presidente Uribe, las relaciones con Venezuela, la venta de órganos en Profamilia, los chismes de la Merlano y uno que otro evento farandulero. Y quedan la mente y las emociones mansas y sosegadas para lo que haya que saber, olvidar o vivir.
Esta cadena de acontecimientos unos concomitantes, otros en serie pero todos afines a los propósitos castristas, la he reconocido etapa por etapa. Son las mismas, son copiadas, son un libreto que se gesta en Brasil, se financia desde USA y se hace realidad hoy en nuestro país.
DESPIERTA COLOMBIA! UNIDOS SOMOS MÁS --------
Cuba apoyará a Santa Marta en salud, educación, deporte y cultura.